Está situado en las laderas de los páramos que limitan los arroyos del Coto y del Recorvo.
Se trata de un encinar denso en las áreas de mayor altura; mientras que los suelos más degradados y sueltos están ocupados por quejigos y algunos pinos. Es un conjunto vegetal denso, donde en las áreas de propiedad privada es frecuente la actividad cinegética.
A este tranquilo y aislado vallejo y hasta su iglesia, la del Monasterio cisterciense de Santa María la Real de Sacramenia (ver monumentos), se llega por una estrecha carretera cubierta con una bóveda natural de ramas de quejigo que aportan más encanto al lugar si cabe.
EL CERRO DE SAN MIGUEL
Desde lo alto del cerro de San Miguel podrá disfrutar de unas magníficas vistas y del contraste de colores de los páramos, de los valles formados por el río Sacramenia y el arroyo del Pozo y del pueblo de Sacramenia.