Las aguas procedentes de la fuente de los Seis Caños, hacían mover la maquinaria de este molino, hoy transformado en vivienda.
Los molinos desempeñaban un papel fundamental en los sistemas de vida tradicionales. Se empleaban en la transformación de tres alimentos básicos en la dieta de las culturas mediterráneas: el vino, el aceite y el pan.
El de Torreadrada era un molino harinero. Este tipo de molino solía contar con los espacios necesarios para el desarrollo de su actividad y la producción, además de estancias a modo de vivienda, cocina y despensa.
No sabemos su fecha de construcción, pero en el “Diccionario Geográfico, Estadístico e Histórico” de Madoz (1845-1850), ya se menciona un molino harinero, que junto con la agricultura y los telares de cáñamo, vienen recogidos en el apartado “industria”.
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