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Las bodegas |
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Las bodegas tradicionales de Torreadrada ocupan las faldas de los dos cerros en los que se levanta el pueblo.
Las entradas son de piedra, con puertas de madera con rejillas para la ventilación y cubiertas con grandes losas. Un pasillo cerrado y empinado desciende hasta las estancias que albergan los cubetes con el vino.
Antes de llegar aquí, el zumo de la uva es clasificado en el lagar. Posteriormente se lleva a la bodega para su fermentación y solera. En Torreadrada se conservan las ruinas de estos lagares, ya abandonados y desmantelados.
Aunque la producción de vino casi se ha abandonado, las bodegas se han conservado en parte por su función social, como lugar de reunión y celebración. Antaño era tal la importancia del vino que marcaba grandes diferencias entre los pueblos que lo producían y los que no, patentes en las economías y en las forma de relacionarse de los vecinos.
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